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Mostrando entradas de agosto, 2021

#6

  Y por eso estoy volviendo a ver esa sofocante película de 2017, donde no me siento sola porque todos mis demonios la están viendo conmigo. Están viendo como me pongo las botas de pasado, porque tengo miedo al futuro, e incluso ellos también se ríen porque soy demasiado estúpida para afrontarlo. Demasiado niña para el juego. Quiero parar. Stop. Salir del juego. De la película. ¿De la vida?   El carbón de tu valentía La moneda de tu brazo La purga y que salga fatal tocar fondo. No salir del pozo.   Tengo miedo de mis miedos y que me vuelvan a superar. De no ser suficiente - nunca - y que vuelvan a ganar la batalla – no con él. O no a él, él es diferente. En ese sentido, pero sí que no quiera estar conmigo por tenerlos a ellos de nuevo... y obviamente también tengo miedo. Miedo visceral. ‘’por culpa de tus demonios’’   podríamos traducirlo en mi culpa. Jodida culpa. Estoy hasta arriba de miedos. Solo soy miedos.   Aunque al final todo...

#5

  Según mi manual de inteligencia emocional, nuestro amor es el que denominan como perfecto. Y no lo digo yo, lo dicen los científicos y sus teorías sobre el amor. ¿Qué porque sé que nuestro amor es perfecto? Porque según ellos combinamos los tres pilares básicos en una relación. La intimidad de querer contarte que ayer volví a soñar con naves espaciales y que adoptaba un perrito; querer sentir tu mano rozando mi cadera y la fuerza que me inspiras para defenderte de todos los dragones que vengan a atacarte.   El segundo pilar es la pasión con la que me devoras cada vez que llego a casa, como si no hubieras comido en todo el día y solo hacía un par de horas que nos habíamos despedido de la cama; esa lascividad que solo tienen los enamorados y que se miran con lujuria estén donde estén, porque les da igual las consecuencias. Y el tercer pilar, tan importante, es el compromiso, la certeza de saber que mañana vas a seguir estando, que me vas a despertar con besitos por toda...

#4

''MASÍA MOSQUERUELA'' Vi como el sol ya empezaba su descenso más próximo al cénit y la hora se aproximaba. Habíamos quedado de nuevo en ir a recoger flores silvestres y plantas aromáticas que sirvieran para aumentar mi especiero. Ser la cocinera de la masía no solo significaba pasarse el día entre fogones. Estábamos a principios de agosto, lo cual significa que por aquí hasta que no empieza a refrescar, ni los olores del monte rebrotan, ni puedes disfrutar de un buen paseo por las colinas vecinas. Había quedado con Rafael, cochero oficial de una de las familias más importantes y distinguidas de la región. Según me han contado, consiguió el trabajo gracias a unos amigos de la infancia, que le facilitaron el traslado desde Barcelona hasta aquí. Durante los últimos años, corren tiempos muy complicados en España y más nos valdría alejarnos de las capitales; nosotros creemos que por ahora estamos bien aquí, entre montañas y ríos, parecemos inexpugnables, pero no hay nada...