#7
Huelo a dejadez, rapidez, sordidez, inmediatez.
El corazón me pesa y se me parte en dos,
si te asomas,
poquito a poquito, aún puedes ver las raíces arrancadas de su tierra.
Porque
cuando estás unida tanto a las montañas, el aire puro, los árboles y los ríos,
poco te puede dar otro lugar que no sea ese.
El otro día, mientras me despedía de la parte de mi alma que
siempre se queda allí, contemplaba un paisaje inmóvil.
Veía como un pequeño
gorrión se posaba en una rama fuerte y llena de verde;
contemplé también como
las hormiguitas seguían su laboriosa faena intentando arrastrar un fruto seco;
observé los restos de la cerveza derramada debajo del nogal, donde habíamos tenido una deliciosa comida de despedida mi imprescindible muchacho y yo;
También vi a los gatitos y ellos nos miraban a nosotros, expectantes y
con tristeza porque nos íbamos y ya nadie les dejaría atún por la tarde, ni
refugio en los días de tormenta.
Al irnos, recordé también mi querida hondonada, tan llena de vida;
pero como
siempre, no pude disfrutarla lo suficiente.
Mis paisajes favoritos siempre son de verde y mis queridas
montañas tienen un verde tan vibrante y ponente que abruma. Si os quedáis
cuando anochece, justo en la hora dorada, todo se vuelve inmenso y por las
mañanas podemos tocar el cielo.
''¿Qué son los hombres comparados con las rocas y las montañas?''
Mientras contemplaba todo lo que había vivido, todo lo que
ojalá pudiera vivir en el próximo invierno, se me escaparon unas cuantas
lágrimas; la garganta se me contrajo, pero mis pulmones se expandieron, como si
intentaran acaparar todo el aire puro posible y todos los olores increíbles que
tengo – tenía.
Huelo a la soledad, ahora que estoy aquí.
Encerrada en pareces de yeso, que me aíslan mucho más que aquellas de
piedra.
Huelo a Diana, que también se muere de pena.
Me cuenta que nos vayamos de aquí, que esto no puede ser bueno.
Algo me atora el pecho, algo lo bloquea y no permite
que exprese todo lo que pienso y de la misma intensidad que lo siento, y pido
perdón por ello.
Ojalá lo pudierais ver.
Ahora huelo a humedad y dejadez
todo monótono -.
y es, que yo no estoy hecha pa’ ciudad.
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